Continuamos hoy nuestro estudio de este capítulo 15 del Segundo Libro de Reyes. Y en nuestro estudio anterior, estábamos hablando de Azarías o Uzías, rey de Judá, y dijimos que había sido un buen rey, pero que había hecho algo que no debió haber hecho. Y por esa razón, Dios le hirió con lepra. Y allá en el Segundo Libro de Crónicas, capítulo 26, encontramos esa razón, que Azarías o Uzías, entró en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso, función que únicamente le correspondía al sacerdote. Y por esa causa, Dios le hirió con lepra. Ahora, Isaías se acongojó cuando murió Uzías, porque temía que la nación tuviera un rey que la llevara nuevamente a la idolatría, y sus temores eran bien fundados. Vimos luego, que al morir Uzías, su hijo Jotam ascendió entonces al trono de Judá. Hoy, vamos a considerar los reinados de los otros reyes.
Comencemos, leyendo los versículos 8 hasta el 12 de este capítulo 15 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 15:8-12 “. . . se sentarán en el trono de Israel. Y fue así.” Ahora, Zacarías, último del linaje de Jehú fue muerto por Salum después que había reinado solamente por seis meses. Y continuamos leyendo los versículos 13 al 16: 2 Reyes 15:13-16 “. . . a todas sus mujeres que estaban encintas.” Salum tampoco tuvo buen éxito. El reinó solamente por un mes y fue derrotado y muerto por Manahem. Manahem reinó por diez años e hizo lo malo, como lo hizo Jeroboam. Leamos los versículos 17 al 22 de este capítulo 15 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 15:17-22 “. . . con sus padres, y reinó en su lugar Pekaía su hijo.” Durante su reinado, o sea, durante el reinado de Manahem, Pul rey de Asiria atacó a Israel y Manahem tuvo que pagarle mil talentos de plata para poder preservar su reino. Fue un período oscuro para la nación. Manahem hizo lo malo así como lo había hecho Jeroboam su padre. Luego, leemos en los versículos 23 al 26:. . . en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.” O sea que, a la muerte de Manahem, Pekaía su hijo le siguió al trono, pero reinó solamente dos años, cuando Peka su capitán conspiró y lo asesinó.
Ahora, en los versículos 27 al 31, leemos: 2 Reyes 15:27-31 “. . . en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.” O sea que, durante el reinado de Peka, Tiglat-pileser rey de Asiria atacó a Israel y se llevó cautiva a la tribu de Neftalí. Peka es entonces, asesinado por Oseas. Dejamos ahora el reino de Israel en el norte, y dirigimos nuestra atención hacia el reino de Judá en el sur. Leamos los versículos 32 y 33, de este capítulo 15 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 15:32-33 “. . . El nombre de su madre fue Jerusa hija de Sadoc.” Jotam reemplaza a su padre Azarías o Uzías, como rey de Judá y es calificado como buen rey.
En esta sección, en realidad, pasamos por alto el reinado de Uzías. Lo veremos en más detalle cuando lleguemos a los Libros de Crónicas y también al Libro de Isaías. Y así, pues, concluimos nuestro estudio de este capítulo 15 del Segundo Libro de Reyes. Llegamos ahora, al capítulo 16. En este capítulo, Acaz, hijo de Jotam asciende al trono de Judá. Es un rey malo, que anda en el camino malo de los reyes de Israel. Rezín, rey de Siria y Peka, rey de Israel, invaden a Judá, pero no les fue posible tomar a Jerusalén. Acaz, por su parte, pide ayuda de Asiria y los asirios toman a Damasco.
Es muy probable que estos capítulos de la Palabra de Dios, le dejen algo perplejo. Es posible también, que no los encuentre usted tan interesantes como algunas otras porciones de la Biblia. Si a usted le gusta la historia, por ejemplo, pues, los hallará intensamente interesantes. Y si está buscando lecciones espirituales, encontrará algunas cosas muy prácticas en esta sección. Mucho de esta porción de la Palabra de Dios es sumamente provechoso. Recuerde que todas estas cosas acontecieron para servirnos como ejemplos. Comencemos, pues, leyendo los primeros cuatro versículos de este capítulo 16 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 16:1-4 “. . . sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso.” Peka reinó por veinte años antes de que lo mataran. En el año diecisiete del reinado de Peka en Israel, Acaz rey de Judá comenzó a reinar. Ahora, Acaz no fue un buen rey. Anduvo, dice aquí, en el camino de los reyes de Israel. Hizo cosas terribles como ofrecer a los niños como sacrificios a los dioses paganos. Generalmente los niños eran sacrificados a Moloc o a Baal. Y se nos dice que Acaz “. . . sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso.” En otras palabras, Acaz se sumergió en la idolatría y la adoración pagana. Tenemos luego, la invasión de Siria a Israel y Judá.
Leamos los versículos 5 y 6 de este capítulo 16: 2 Reyes 16:5-6 “. . . Edom vinieron a Elat y habitaron allí hasta hoy.” Ahora, los de Siria y de Canaán se opusieron al avance de Asiria y hubo un esfuerzo por obligar a Acaz a unirse con ellos. Sin embargo, El Señor usó estas circunstancias, para castigar a Acaz; pero el Señor prometió que no le vencerían. Allá en el libro del profeta Isaías, capítulo 7, versículo 4, el Señor le dice a Isaías que hable al rey Acaz y le diga: “. . .Guarda y repósate; no temas ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías.” Y pasando luego, al versículo 9 del mismo capítulo 7, del libro de Isaías, leemos hasta el versículo 12: “. . . Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis. Habló también Jehová a Acaz, diciendo: Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto. Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová.” O sea que, El Señor trajo estas fuerzas contra Acaz, debido a sus pecados. Acaz fue derrotado por fin por Peka porque no tuvo fe alguna. Volviendo ahora, al capítulo 16 del Segundo Libro de Reyes, que estamos estudiando, veamos cómo Acaz busca ayuda de Asiria y los asirios toman a Damasco. Leamos los versículos 7 al 16, ahora:
2 Reyes 16:7-16 “. . . a todas las cosas que el rey Acaz le mandó.” La tierra finalmente sería saqueada por los asirios aunque Acaz apelara al rey. Judá perdió su valla cuando Siria cayó en la invasión asiria. El precio alto de la ayuda de Asiria fue el vasallaje. De modo que, Acaz tomó plata y oro de la casa del Señor, y plata y oro de los tesoros de la casa del rey, y lo envió como regalo al rey de Asiria. Acaz no creyó lo que Isaías había dicho. No creyó la promesa del Señor. Ahora, mientras Acaz estuvo en Damasco, vio un altar que le impresionó grandemente. Ya no adoraba al Dios vivo y verdadero, y por tanto, mandó que construyeran en la tierra de Judá, una copia fiel de ese altar. Este altar llegó a ser simplemente otro pecado más, mediante el cual Acaz se iba desviando más y más de Dios. Quitó el altar del Señor, que había sido hecho según las mismas instrucciones del Señor, y eligió en su lugar, su propio altar. Saqueó luego, más a la casa de Dios.
Leamos los versículos 17 y 18 de este capítulo 16 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 16:17-18 “. . . del templo de Jehová, por causa del rey de Asiria.” Acaz, pues, despojó algunos adornos preciosos y mobiliario del Templo para beneficio del rey de Asiria. Leamos, ahora, la muerte de Acaz y el ascenso de Ezequías al trono de Judá. Veamos los versículos 19 y 20 de este capítulo 16 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 16:19-20 “. . . David, y reinó en su lugar su hijo Ezequías.” Acaz, pues, murió y su hijo Ezequías llegó al trono. Ezequías no solamente fue un buen rey, sino que también dirigió un reavivamiento. Y así concluimos nuestro estudio del capítulo 16 del Segundo Libro de Reyes. Pasamos ahora al capítulo 17. En este capítulo 17, Salmanasar, rey de Asiria, toma el reino de Israel en el norte y toma tributo de ellos.
Cuando descubre que el rey Oseas, les había formado una conspiración contra él, sitia a Samaria y después de tres años, lleva al cautiverio a las 10 tribus norteñas. Y vamos a enumerar los motivos por los cuales Dios, permitió que Israel entrara en el cautiverio. Primero, el pueblo desobedeció a Dios. Leemos allá en el versículo 13 del capítulo 17: “Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.” En segundo lugar, Israel dudó de Dios. Leemos en el versículo siguiente, versículo 14 de este capítulo 17: “. . . Mas ellos no obedecieron, antes endurecieron su cerviz, como la cerviz de sus padres, los cuales no creyeron en Jehová su Dios.” Y también, en el Segundo Libro de Crónicas, capítulo 36, versículo 15, leemos: “. . . Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación.” Y por último, Dios permitió que Israel entrara en el cautiverio, porque el pueblo desafió a Dios.
El versículo 15, de este capítulo 17 del Segundo Libro de Reyes que estamos estudiando, dice: “. . . Y desecharon sus estatutos, y el pacto que él había hecho con sus padres, y los testimonios que él había prescrito a ellos; y siguieron la vanidad, y se hicieron vanos, y fueron en pos de las naciones que estaban alrededor de ellos, de las cuales Jehová les había mandado que no hiciesen a la manera de ellas.” Y desafiaron a Dios también, rehusando guardar los años de reposo durante 490 años. Allá en el Segundo Libro de Crónicas, capítulo 36, versículo 21, leemos: “. . . para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.” La historia de esta nación de Israel, es la misma historia de todo individuo. Y aquí, en este capítulo 17, llegamos pues, al fin de Israel cuando las 10 tribus norteñas, son llevadas cautivas para Asiria. Leamos los primeros 5 versículos de este capítulo 17:
2 Reyes 17:1-5 “. . . y sitió a Samaria, y estuvo sobre ella tres años.” Se nos presenta aquí a Salmanasar rey de Asiria. Él se tomó el reino norteño y demandó el tributo de las diez tribus. Pero, cuando descubrió que el rey Oseas había formado una conspiración contra él, decidió entonces sitiar a Samaria. Y después de tres años, llevó cautivas a las tribus norteñas. Ahora, dice aquí que Oseas no fue tan malo como Acab y Jezabel por ejemplo. No fue tan malo como Ocozías. Pero fue lo suficientemente malo. Trató de caer en gracia con Salmanasar rey de Asiria, pero fracasó. Samaria era la ciudad que Omri padre de Acab había construido. Acab construyó allí un palacio. Fue uno de los sitios más hermosos en toda esa tierra. Pero ahora, el rey de Asiria la había sitiado. Leamos ahora el versículo 6 de este capítulo 17 del Segundo Libro de Reyes: 2 Reyes 17:6 “. . . Gozán, y en las ciudades de los medos.” Hay quienes dicen que las diez tribus están perdidas. Hay otros que creen que las naciones anglosajonas son descendientes de aquellas diez tribus.
Esta es una teoría muy interesante, y de seguro que satisface a muchos que les gustaría creer que son parte de las diez tribus perdidas de Israel. Sin embargo , esta idea proviene enteramente del hombre. Y no la verá usted en la Palabra de Dios, y tampoco encontrará base alguna científica que la apoye. Por ejemplo, en el Nuevo Testamento, el apóstol , Santiago escribió en su epístola lo siguiente, allá en el capítulo 1, versículo 1: “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.” Al parecer, el apóstol Santiago no creía que las tribus estuviesen perdidas. Y si es que se hubiesen perdido, pues, tendríamos que llegar a la conclusión que esto sucedió entre los tiempos de Santiago y los nuestros. Ahora, usted va a notar que cuando los judíos regresaron a su tierra, sólo algunos de todas las tribus regresaron. Pero, en realidad, fueron muy pocos los que regresaron. Mientras que el total de judíos e israelitas que fueron llevados en cautiverio sumaba varios millones, solamente regresaron unos 65.000 judíos.
Y bien , vamos a detenernos aquí por hoy, Continuaremos, Dios mediante en nuestro próximo estudio.
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