La Grandeza De Dios Y La Debilidad Del Hombre.





En el día de hoy , comenzamos nuestro estudio del capítulo 41 del libro de Isaías, y el tema que tenemos aquí es el de la grandeza de Dios y la debilidad del hombre. Aquí tenemos en este capítulo la continuación del pensamiento que comenzó allá en el capítulo 40. Allí se nos presentó la grandeza de Dios. El énfasis aquí no es sobre Dios como Creador, sino que se refiere más bien a Su trato con el hombre. La grandeza de Dios se revela en la creación y en la historia humana. También quisiéramos agregar que hay ciertas cosas en este capítulo que son un poco enigmáticas. Detrás de todo esto, parecería que hubiera cierta insinuación profética, pero el gran impacto de este capítulo es que Dios protegerá y guiará a los Suyos a través de este mundo, un mundo que está lleno de peligros y asechanzas. Por tanto, tenemos aquí consuelo para el hijo de Dios.

A este capítulo lo hemos dividido de la siguiente manera: en los primeros 6 versículos, tenemos que Dios predomina sobre las personas. En los versículos 7 al 20, tenemos la insinuación o proposición de Dios de que Israel confíe en Él. Luego, tenemos en los versículos 21 al 29, que Dios trastorna los ídolos. Bien,consideremos este capítulo, entonces, a la luz de esta división que hemos hecho. El primer versículo de este capítulo 41, dice:

Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio.

 Todo el mundo, cada persona en el mundo hoy, se está dirigiendo hacia el día del juicio. Es decir, el enfrentamiento que se acerca entre la luz y las tinieblas; entre Dios y Mamón; entre la fe y la incredulidad. Dios está llamando a las personas para que se vuelvan hacia Él, para que la gente acepte la salvación que Él está ofreciendo. Debemos decir que Dios está siendo benigno para con el hombre hoy. Él no está demandando nada de usted . Él sólo le está pidiendo que usted acepte Su gracia y Su salvación. Ahora, en el segundo versículo de este capítulo 41, leemos:

¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata?

Hay algunos que opinan que este versículo parece referirse a Ciro. Ahora, Ciro será mencionado más adelante por nombre, pero éste no es el lugar. Creemos que lo que aquí se presenta es la justicia de Dios. Esto no se refiere a una persona. Creemos que esto tiene referencia al gobierno de justicia que Cristo establecerá cuando regrese a esta tierra. Encontramos que eso se desarrolla aquí en esta sección. Ahora, en el versículo 6, de este capítulo 41, podemos leer lo siguiente:

Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate.

Ya que Dios viene a corregir lo que está mal; a remediar las injusticias; las personas que están bien con Dios pueden animarse. Es decir que hay esperanza para el hombre insignificante que confía en Dios hoy. Esta persona no tiene que preocuparse por su futuro. En el versículo 7, podemos leer las insinuaciones que Dios hace a Israel para que confíe en Él. Y aquí también tenemos nuevamente una referencia a la idolatría. Leamos el versículo 7:

El carpintero animó al platero, y el que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese.

En una emergencia, había aquellos que con martillo batían un material para hacer un dios. Y no era un ídolo temporal. Pero ahora Dios dice aquí en el versículo 8:

 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.

Es decir que Dios se vuelve ahora a Israel para consolarles en su pena y sufrimiento. Él dice: “En lugar de martillar de esa manera para hacerse un ídolo, ¿por qué no se vuelven a Dios, al Señor?” Después de todo, Él sabe que ustedes son pecadores. Y Él aún los llama Jacob. Jacob significa el suplantador. Fue Dios quien lo hizo un príncipe con Dios, y Dios quiere hacer ahora lo mismo por los hijos de Jacob. Y Abraham, usted recordará, fue llamado “amigo de Dios”. Y Dios quiere traer a esta gente a una relación correcta con Él. Y en el versículo 10, leemos:

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Este versículo ha sido una columna de sustento, una fuente de consuelo para los hijos de Dios de todas las edades, y debe ser eso.

Ahora al continuar, Él dice que si ellos se oponen a Dios, sería la cosa más insensata que pudieran hacer, porque el tiempo va a revelar eso. Y estamos avanzando hacia el día cuando todas las cosas tienen que ser corregidas. En el versículo 13, leemos algo bastante destacado. Allí dice:

Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.

 Aquí tenemos esta proposición benévola de parte de Dios para que ellos confíen en Él. Y qué consuelo es esto. Dios quiere que nosotros confiemos en Él. Dios quiere permitirnos andar, caminar con Él; que tengamos comunión con Él; que le conozcamos a Él. La humanidad está perdiendo mucho en el día de hoy. Hay algunas personas que, aún cuando son muy activas dentro de la Iglesia, están perdiendo todo esto que se menciona aquí. Esta es una sección maravillosa de veras. Dios habla de una manera muy directa. Y ahora, en el versículo 14, dice:

No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.

Quizá usted opina que es algo o alguien, pero usted no es nada más que un gusano, un nadie. Es sólo Dios quien puede hacer algo o alguien de nosotros. Hombrecito, que colérico, se pavonea en el escenario de la vida, como lo dice Shakespeare. Sopla y sopla, como ese lobo malo tratando de derribar la casa de los tres cochinitos. Sopla y sopla. Así es el hombre hoy. ¿A dónde va? Y, ¿qué es lo que él está logrando?

 Algunos pueden apreciar la insubstancialidad y se quitan la vida. ¿A qué otro lugar pueden volverse ellos? El único lugar dónde uno puede volverse es a Dios. Eso es lo que la gente está perdiendo hoy. La comunión, la salvación, su bondad y benignidad, su gracia, todas estas cosas son suyas si usted, amigo , se vuelve a Él, si usted acude a Él.

Ahora, el profeta Isaías habla a la gente acerca de las bendiciones materiales del milenio. Ellos van a estar allí. A él le gustaría hablarle a usted y hablarme a mí acerca de las bendiciones espirituales que tenemos ahora; y acerca de aquellas que vamos a tener en la eternidad. Entramos ahora a la tercera división de este capítulo, y aquí Dios trastorna a los ídolos. Leamos el versículo 21, de este capítulo 41 de Isaías:

Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob.
Este es un reto, un desafío a la idolatría. ¿Quién es el idólatra? Cualquier cosa que usted ponga entre su alma y Dios, eso se convierte en un ídolo, en su ídolo. No importa lo que usted diga. A cualquier cosa a la que usted le esté dedicando su tiempo, su energía, y hasta puede ser a la religión misma, cualquier cosa a la que usted se entrega, a lo que usted permite que ocupe el lugar del Dios viviente, y que evita que usted tenga una relación personal con Él, eso amigo , es su ídolo.

Para comenzar, nos podríamos preguntar, ¿qué es lo que pueden hacer los ídolos? ¿Pueden explicar el origen del Universo? ¿Está usted satisfecho con las explicaciones que le da la evolución? Por supuesto, hay varias explicaciones, pero Dios dice aquí en el versículo 22, de este capítulo 41 de Isaías:
Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir.

El hombre hoy no conoce el comienzo, el origen de todas las cosas. Él no lo sabe. No interesa la cosa que usted esté siguiendo hoy. Hay muchos que van a pasar mucha vergüenza dentro de unos 50 años, cuando la evolución sea abandonada. Esta es una de las muchas teorías que serán dejadas de lado, abandonadas entre los despojos de este camino de la vida. Haexistido muchas explicaciones en cuanto al origen del Universo, y que eran llamadas en su tiempo como cosas científicas. Sin embargo, se han desvanecido hoy. Y lo mismo ocurrirá con el tiempo, con esto de la evolución. Y, luego, los hombres buscarán otras cosas. El hombre no conoce su origen, ni tampoco conoce su futuro. El hombre es una criatura ignorante, de veras. ¿Sabe usted en realidad lo poco que sabe? ¿Se ha detenido usted a pensar lo poco que sabe, en realidad?

Hay muchos doctores que nos leen en este Blog. Y para ellos queremos contar la siguiente historia. En cierta ocasión, un joven estaba estudiando para recibir su doctorado. Entendemos que él recibió su doctorado, pero él estaba basando sus estudios para obtener ese grado, en el gran tema del ojo del mosquito. ¿No le parece eso algo realmente fascinante? Cierto día, cuando él estaba trabajando en eso, y sabiendo que él estaba bastante interesado en eso, de pronto se le ocurrió a él que no quería pasar el resto de su vida mirando a los mosquitos en los ojos. No creemos que eso sea demasiado fascinante. No sería malo echarle una o dos miradas, pero después de eso, bueno, creemos que se volvería algo monótono. Ese hombre, pues, llegó a esa conclusión, y comenzó a salir de esa posición.

Cierto día, cuando conoció al Señor Jesucristo como su Salvador, dijo: “Yo quiero dar mi vida a algo que realmente valga la pena”. Y hoy es un predicador del evangelio. Es muy interesante notar que uno puede pasar toda su vida aquí en esta tierra, quizás tenga hasta su doctorado y aún así no saber nada. Uno no sabe nada acerca del origen del Universo. O uno no sabe ni siquiera a dónde va. Ningún ídolo puede informarle sobre eso. Ningún doctor puede tampoco darle la respuesta. No hay ningún colegio ni universidad que pueda mencionar una cosa así. Así es que, conviene volverse hacia Aquel que sí tiene la respuesta

. Esto no quiere decir que Él le dará todas las respuestas, pero es muy bueno saber que Él sí conoce todas las respuestas. Hay un lema que es muy interesante y creemos que podría aplicarse a lo que estamos hablando ahora. Dice: “Próximo al saber, se encuentra el saber dónde encontrarlo”. Hay muchas cosas que yo no sé, pero quiero decir lo siguiente: “Sé quien sí sabe todo”. Y yo puedo recibir las respuestas de parte de Él. Ahora, hay muchas cosas que Él no me ha permitido saber. Bueno, volviendo a este capítulo 41 de Isaías, que estamos estudiando, leamos el versículo 24:

He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió.

 El hombre no puede explicar su pasado. Y tampoco conoce su futuro aparte de Dios, como hemos dicho. Eso hace que todos los esfuerzos del hombre hoy, que son aparte de Dios, lleguen a ser una cosa completamente vacía. Si nosotros no tuviéramos una esperanza hoy, diríamos como se le respondió a un hombre que se le acercó al Pastor y le dijo: “Si usted no me puede dar una buena razón para seguir viviendo, voy a resolver todos mis problemas quitándome la vida”. Bueno, ¿qué hace usted con un hombre así? Este hombre tenía un revólver viejo en su mano, y el Pastor entonces, le dijo: “Si usted puede demostrarme que puede resolver sus problemas quitándose la vida, entonces con mucho gusto le conseguiría un revolver mejor que el que tiene.

Hagamos las cosas bien, si es que por ese medio me puede demostrar que resuelve sus problemas. Si usted no se va volver a Dios, no va a acudir a Cristo, entonces lo mejor es que use ese revólver. No hay ninguna razón por la cual no deba hacerlo.” Bueno, eso sorprendió mucho a este hombre. Pensaba que él iba a poder argumentar en cuanto a las razones para vivir. Y uno no puede discutir en cuanto a eso, amigo . Ese hombre bajó su revólver, y en esa oportunidad no se volvió a Cristo, pero lo hizo más adelante. Él es quien tiene la respuesta. Él es el único que la tiene. Notemos, ahora, lo que dice aquí en el último versículo, de este capítulo 41, el versículo 29:

He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas.

 La confusión es el resultado de la idolatría o de cualquier filosofía que vaya contra Dios o sea atea. No tiene la respuesta a los problemas de la vida. Los sistemas creados por el hombre no pueden satisfacer al corazón humano. La respuesta se encuentra en Aquel que trae buenas nuevas de gran gozo .

Y llegamos ahora al capítulo 42. El tema de este capítulo es Jesús, el siervo de Jehová. Luego, la polémica contra la idolatría, y finalmente, Israel, el siervo de Jehová. Isaías progresa gradualmente hasta llegar a la condenación de la idolatría. Encontramos aquí que la nación de Israel es llamada “la sierva”, o “el siervo de Jehová”; y el siervo de Jehová es Israel, y también el Señor Jesucristo es el Siervo de Jehová. Así es llamado en los evangelios de Mateo y Marcos

. Allí se presenta en una forma muy clara. Él dijo: porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Eso es algo que enfatiza Marcos: la servidumbre del Señor Jesucristo. El versículo que acabamos de leer se encuentra allá en el evangelio según San Marcos, capítulo 10, versículo 45.

Ahora, volviendo a Isaías, tenemos en primer lugar, que el siervo de Jehová es el Señor Jesucristo, y eso se menciona en los primeros 7 versículos de este capítulo 42. Luego, tenemos el sacrilegio de la idolatría, las imágenes y esculturas, y eso es mencionado en los versículos 8 al 17. Y, luego, el siervo de Jehová; es decir, Jacob y la nación. En el primer versículo de este capítulo 42 de Isaías, leemos:

He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las naciones.

Este es un llamado para considerar al Señor Jesucristo, y se aplica a Su persona. Y eso que se menciona en el versículo 3, es algo que hemos enfatizado anteriormente. Allí dice:

No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia.

Eso se cita también allá en el evangelio según San Mateo, capítulo 12, versículo 20. Así es que, el Señor Jesucristo no tuvo que actuar con una vara. El limpió el templo, pero Él no volvió a los fariseos, los líderes religiosos, o al pecador. Usted sabe , que Él permite que el pecado obre por sí mismo. El pábilo que humea, el hombre que continúa pecando, finalmente terminará en llamas. La paga del pecado es muerte. Siempre obra de esa manera. Él no podía cambiar eso. Ahora, el Señor Jesucristo es el siervo de Dios. En el versículo 8, tenemos la idolatría. Allí dice:

Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.

Dios no compartirá Su gloria con nadie, amigo oyente. Dios nunca ha prometido bendecir a una persona, a una organización o a una Iglesia. Él ha prometido bendecir Su palabra. Sólo eso puede llevar gloria a su nombre. Y Él no va a compartir su gloria con ninguna otra persona. Isaías comienza a avanzar, entonces, en esta área. Él está hablando acerca del azote que es la idolatría, y dice entonces en el versículo 10:

Cantad a Jehová un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las costas y los moradores de ellas.

Todas las criaturas de esta tierra algún día cantarán alabanzas a Dios. Y el Señor dice entonces en el versículo 15, de este capítulo 42:

Convertiré en soledad montes y collados, haré secar toda su hierba; los ríos tornaré en islas, y secaré los estanques.

La tierra en su forma física será afectada por Su juicio. Y prosigue en el versículo 16, diciendo:

Y guiaré a los ciegos por camino que no sabían,

De esta forma es como Él guía a los Suyos. Usted y yo somos ciegos en cuanto al futuro. Él, en cambio no lo es, y encontramos que va a guiar a todos aquellos que ponen su confianza en Él. Y leemos en el versículo 17:

Serán vueltos atrás y en extremo confundidos los que confían en ídolos, y dicen a las imágenes de fundición: Vosotros sois nuestros dioses.
Aquí tenemos una advertencia para los idólatras. Dios dice: “Se acerca el juicio”. Luego, tenemos una declaración en cuanto a Israel. ¿Quién es ciego, siendo mi siervo? Esta es su condenación de Su propio pueblo, y Él habla de ellos aquí en el versículo 22, de este capítulo 42 de Isaías, cuando dice:

Mas este es pueblo saqueado y pisoteado,

Por qué? Porque ellos se volvieron, se apartaron de Dios, y se fueron a los ídolos. Esta es una sección maravillosa de este libro de Isaías. Sólo hemos destacado los puntos sobresalientes, y Dios mediante, en nuestro próximo estudio vamos a comenzar con el capítulo 43. Así que, le sugerimos leer este capítulo para estar mejor informado de lo que trataremos luego . Será pues hasta entonces, ¡que el Señor le bendiga en gran manera!

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