Tenía Mi Amado Una Viña En Una Ladera Fértil





la biblia

Estamos considerando hoy , el libro de Isaías, y vamos a ver lo que nos dice el capítulo 4. Esta es una profecía completa que comienza en el capítulo 2 y finaliza en el capítulo 5. Aquí tenemos un sumario, en realidad, de todo el libro de Isaías condensado en estos capítulos, porque aquí se presenta todas las cosas de las cuales se hablará más adelante. Al comenzar aquí nuestro estudio en el capítulo 4, debemos repetir una vez más que esta es la continuación de la profecía que comenzó allá en el capítulo 2, y que las condiciones que se nos presenta ante nosotros aquí, eran las condiciones que prevalecían en la época de la cautividad babilónica, y, también serán las mismas condiciones que estarán presentes durante el período de la Gran Tribulación, inmediatamente antes de ser establecido el reino. Ahora, este capítulo es muy breve, solamente tiene seis versículos. Es uno de los más cortos en todo el libro, y describe las condiciones que prevalecían en la época de la cautividad babilónica.


La estructura de este capítulo es muy sencilla. El primer versículo es el único que demuestra las condiciones durante la época del período de la Gran Tribulación, los últimos días; y el resto del capítulo presenta ante el lector, la preparación que será necesaria para entrar al reino. Así es entonces, que en el primer versículo tenemos las condiciones  que prevalecían a causa de las terribles circunstancias provocadas por la guerra. Y, esas mismas condiciones estarán presentes en la época de la Gran Tribulación, y también han existido en todas las grandes guerras. Ahora, este capítulo 4, versículo 1, dice:

Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio.

Es decir que la población masculina ha sido diezmada debido a la guerra, y, por tanto, existe un número superior de mujeres, y esto será a tal extremo que siete mujeres estarán dispuestas a compartir un hombre en aquella época. Y, no sólo eso, sino que también están dispuestas a trabajar. Suponemos que el hombre no tiene que hacer nada más sino que debe llevar las cuentas para ellas, y asegurar que cada una de ellas comparta las necesidades que existen en la casa. Pero esto nos revela , las difíciles condiciones que prevalecerán. En cierto modo podemos decir que en algunos países existen estas condiciones hoy. Eso fue algo que sucedió durante la segunda guerra mundial, y vuelve suceder en países donde los hombres jóvenes por lo general, tienen que ir a la guerra. En cierta época durante la guerra de Vietnam, había un excedente de unas 80.000 mujeres en el país de los Estados Unidos. Todo esto causado por la guerra que tuvo lugar en Vietnam.
Bien, llegamos ahora a los versículos 2 al 6. Y aquí encontramos las condiciones preparatorias para el establecimiento del reino. En el versículo 2, pues leemos:

En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel.

Usted podrá notar que en estos dos versículos, se hace cierta mención a “en aquel tiempo”.

Eso lo vimos en el versículo 1, y aquí en el versículo 2, ocurre nuevamente y seguirá ocurriendo en Isaías, y también en los demás profetas, y será mencionado en el Nuevo Testamento, “el día del Señor”. Ahora, Joel va a decir algo sobre eso. Comienza como comienzan todos los días de los hebreos, con la puesta del sol. Comienza con la oscuridad y avanza de la oscuridad al amanecer. Comienza con el período de la Gran Tribulación y continúa hasta el reino del milenio; así es que aquí tenemos referencia al Señor Jesucristo, donde Él es el “renuevo” que se menciona acá.

Ahora, esta palabra “renuevo” que se menciona aquí es en realidad 18 palabras hebreas que son traducidas a una sola en nuestro idioma, el “renuevo”. Todas ellas se refieren al Señor Jesucristo, y aquí quiere decir que es nada más que un retoño. Vamos a hablar de esto en más detalle cuando estudiemos el capítulo 11 de este libro de Isaías, por tanto vamos a pasar esto por alto y lo veremos en otra ocasión. Pero, el Señor Jesucristo es el renuevo. Y, aquí Él es el retoño. Más adelante vamos a ver que se nos dice que Él es un renuevo que sale de tierra seca. Aquí vemos que algo verde ha salido del desierto. Hablaremos de esto más adelante, pero la referencia es sin duda alguna acerca de Él. Ahora, en el versículo 3, de este capítulo 4, leemos:

Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes,

Es decir que, el pueblo de Dios, los israelitas y los gentiles durante ese período de la Gran Tribulación, lo podrán sobrevivir. El Señor Jesucristo nos habló de esto con toda claridad. Él expresó este pensamiento de una manera que siempre ha parecido un poco extraña, pero Él está observándolo, por supuesto, al final del período de la gran tribulación, y dice entonces: mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. Ahora, bien, ellos fueron sellados al comienzo del período de la Gran Tribulación para asegurar que ellos pasarían a través del mismo.

 El Pastor es capaz de guardar a los Suyos, a Sus ovejas, y, por tanto, éstas serán capaces de soportar todo hasta el fin. Eso es lo que se nos está diciendo aquí. Tenemos el mismo pensamiento, por supuesto, cuando observamos lo que se nos dice allá en el libro de Apocalipsis. Ellos eran los que formaban esa gran compañía de personas, que habían sido selladas al comienzo de la Gran Tribulación. Y ellos pasaron a través de ese período. Ahora, el versículo 4, de este capítulo 4 de Isaías dice:

cuando el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación.

Como podemos apreciar, el pueblo de Dios debe estar preparado para entrar al reino. Esto nos hace preguntarle a usted, amigo : ¿Está usted preparado para ir al cielo? Supongamos que en este mismo momento Dios lo lleve usted al cielo. ¿Está usted preparado para el cielo? Yo no sé en cuanto a usted, amigo , no puedo responder por usted, por supuesto, pero creo que hace falta mucha oración para que yo esté listo para el cielo. Para eso es que tenemos nuestra vida en este mundo. Es como un colegio, para prepararnos para la eternidad. Hay muchas personas que piensan que esta vida es todo. Y ellos están cometiendo una terrible equivocación.
Aquí estamos haciendo las preparaciones necesarias para ir a la eternidad, y esto nos tiene que dar algo en qué pensar. En esos momentos libres, quizá cuando esté descansando en la cama, sin poder conciliar el sueño, ¿está usted listo para ir al cielo? Supóngase que Dios lo tome y lo lleve al cielo así como está en este instante, ¿cree usted que sería como un objeto cuadrado tratando de calzar en un agujero redondo? Bueno, creo que sería así, amigo. Y, esto es lo maravilloso: Amados, ...aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. El Señor tendrá que hacer algunos cambios en nosotros. Ahora, notemos lo que dice aquí el versículo 5, de este capítulo 4 de Isaías:

 Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel,

La gloria de Dios estará entonces sobre toda casa de Su reino, no solamente sobre el templo. Ah, amigo , cuán glorioso será eso. Y note usted lo que dice aquí el versículo 6, ahora:

y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.

Es decir, que la nación de Israel en aquel día tendrá seguridad, y nos hemos dado cuenta que hoy esa nación no tiene paz. Así es que la profecía no ha sido cumplida aún. Ellos no están de regreso en su tierra como cumplimiento de la profecía; cuando eso suceda, cada hombre podrá morar en paz debajo de su viña y de su higuera. Notemos el orden de las cosas mencionadas aquí. La Paz siempre llega después de la gracia y de la misericordia, y del lavamiento. Usted no puede tener paz en este mundo. Ya lo hemos dicho con anterioridad, que los problemas nunca han sido propiedad de algún partido político. El problema no es algo que existe en algún país alejado. El problema está en el corazón humano hoy. El profeta nos está diciendo que estamos luchando en nuestros corazones hoy. Pero el hombre es una criatura guerrera, porque es un pecador. No vamos a tratar ese tema ahora. Cuando uno trata ese asunto, entonces, puede tratar el tema de todas las guerras, porque cuando se consigue solucionar una de ellas, ya tenemos otra a las puertas. Siempre ha sido así, y nosotros nunca cambiaremos.

Bien, llegamos ahora al capítulo 5, y es el último capítulo en la serie de una profecía, que comenzó allá con el capítulo 2 y finaliza en el capítulo 5; y aquí tenemos el cántico o la parábola de la viña, y los 6 ayes sobre Israel. Se nos ha dicho que este cántico comienza con el versículo 1, y es uno de los cánticos más hermosos que se haya escuchado y escrito. Eso es, por supuesto, en el idioma original hebreo. Y, no hay nada como lo que se dice aquí. No hay nada con lo cual uno pueda compararlo. Es una sinfonía musical, y es absolutamente imposible reproducirlo en otro idioma. Es en realidad un verdadero cántico. Escuche lo que dice aquí el versículo 1, de este capítulo 5 de Isaías:

Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil.

Bueno, no hay nada malo con el cántico. El problema está con la viña misma. Notemos lo que él hizo. Pero queremos decir que es conveniente señalar aquí que estamos hablando de la viña que significa Israel, es Judá, es esa gente. No se refiere a la Iglesia o alguna otra cosa. No es necesario que uno trate de adivinar estas cosas. Ahora, el versículo 7, de este capítulo 5, nos dice:

Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.

Y ese clamor era un clamor de persecución. Notemos lo que Él está diciendo, y nuevamente le está pidiendo que considere, que vaya al tribunal a escuchar lo que Él tiene que decir. Y, en el momento en que usted escucha lo que Él dice, y aprecia su acusación contra la nación de Israel, usted verá que eso lo está condenando a usted mismo. Y no podría ser de ninguna otra forma. Veamos lo que dicen los versículos 2 y 3, de este capítulo 5:


 La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. 3Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña.

Le está pidiendo a esta gente que juzgue. Y hablando honradamente, cuando usted amigo , observa su propia vida, de esta forma, ¿está usted preparado para quejarse ante Dios hoy? Uno puede quejarse y reclamar mucho cuando tiene alguna enfermedad. Y hasta puede pensar que el Señor está siendo injusto con uno. Luego, uno puede tener la oportunidad de considerar su propia vida, y darse cuenta que Dios no está equivocado. Que el que está equivocado es uno. Amigo , nosotros tenemos que enfrentarnos con esto. Algunos de nosotros pensamos que de una manera u otra somos algo especial. Dios no está tratando de hacer algo contra nosotros que sea injusto. Él nunca va a hacer nada que puede estar equivocado. Usted y yo sí estamos equivocados. Pero Dios no lo está. Escuche lo que dicen los versículos 3 al 5, ahora:

Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña. 4 ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres? 5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada.

Amigo , Dios los puso a ellos en la tierra prometida. Él edificó un muro alrededor de ellos por 500 años, y no permitía que nadie les tocara, aun cuando en muchas ocasiones Él los pudo haber juzgado. Luego, Dios dice en esto: “Vosotros sois mi viña. Yo había construido un cercado alrededor de ustedes, pero ahora estoy derribando ese muro. Primero llegaron los asirios, luego los sirios y babilonios. Todos ellos pudieron entrar sin que nada ni nadie los detuviera, y ellos arruinaron esa tierra”. Y, esa tierra, a pesar de todo lo que se ha tratado de hacer en la época presente, según opinamos nosotros, aún parece ser un lugar bastante desolado. Dios ha juzgado, amigo . Y note usted lo que dice aquí el versículo 6:
Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.

Y la lluvia temprana y la tardía no cayeron por mil años sobre esa tierra. Es por eso que esa tierra aparece tan desolada hoy. Y entendemos que las lluvias tempranas han comenzado, pero no las tardías. Notemos ahora lo que dice la primera parte del versículo 7:

Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya.

Y esperamos que no vayamos a cometer alguna equivocación aquí. No es necesario tratar de adivinar de quién está hablando aquí el profeta. La viña es Israel, y es en un lenguaje figurado, como lo es también la higuera. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor. Dios nos va a hablar ahora claramente. Se mencionan aquí seis ayes, y cada uno de ellos nos habla de cierto pecado, y estos son los pecados por los cuales Dios nos está juzgando. Y, si usted, amigo , quiere colocar eso en su vida, o en la vida de su nación, usted lo puede hacer. Pero la interpretación para Israel ha sido cumplida en cuanto a esto, digamos de paso. Esto es algo de lo cual nosotros podemos hacer una aplicación para nuestras vidas y para nuestros corazones. Notemos lo que dice el versículo 8, ahora:

Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocuparlo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?

Este es el primer pecado de Israel. Y, ¿cuál es? Bueno, este pecado es la codicia en sus ojos. Se nos dice hoy que la codicia es idolatría. Son los grandes negocios que tratan de acumular más y más riquezas a costas del pequeño comerciante. Eso es lo que ocurrió en Israel. Y, así fue como el pequeño comerciante desapareció. Y, al hacerse esto, se forman grandes fortunas. Dios juzga a la gente en cuanto a esto. La única excusa que uno puede dar por tal expansión es la sed insaciable, el deseo que no se puede satisfacer para obtener propiedades y posesiones. Esa es la historia que tenemos aquí, y debemos repetir nuevamente que esta es una historia muy triste. Luego, leemos en los versículos 9 y 10:

Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas. 10 Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa.

Lo que se nos dice aquí es sencillamente lo siguiente. Que aun cuando sus tierras se expandieron, no llegarán a producir mucho a causa de un hambre aparente. Dios enviará esa hambre como un juicio. Él no permitirá que la cosecha dé su fruto, así es que, aun cuando esta gente posee grandes extensiones de tierra, no llegarán a producir lo que de ellas esperan. En cierta ocasión, hace ya varios años, alguien escribió un artículo en los Estados Unidos, en el cual decía que usted y yo estamos viviendo en un mundo al cual se le está acabando la energía. Nos estamos quedando sin petróleo. Nos estamos quedando sin tierras para arar, y este asunto de la ecología es algo de real importancia en el presente, porque nos estamos dando cuenta que la contaminación ambiental está cubriendo y destruyendo tantas partes de esta tierra.
Un día de estos nos encontraremos en un planeta completamente desolado. ¿Qué fue lo que ocurrió? Dios está juzgando esta tierra en la cual nosotros habitamos. Nos estamos quedando sin energía. Uno de estos días ya no vamos a tener más gasolina. Así es que, amigo , si usted está planeando hacer algún viaje largo, pues es mejor que lo haga ahora, porque más adelante va a faltar la gasolina. Quizá esto no ocurra durante nuestras vidas, sin embargo hay personas que opinan que sí ocurrirá en el presente. Se está acabando la energía para esta tierra y este es un juicio que Dios hizo sobre esta nación en aquella época. Ahora, el segundo ay que se menciona aquí, lo encontramos en los versículos 11 y 12, de este capítulo 5 de Isaías y leemos:

¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! 12 Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.

 Podríamos decir que esta gente va a esos festivales juveniles de música, que toman drogas y que beben licores y cervezas. La embriaguez y el placer en una escala nacional son los pecados que se mencionan aquí. Todo esto lleva a que la gente pierda su percepción espiritual. Y vamos a dejar aquí por hoy , para continuar, Dios mediante, en nuestro próximo estudio porque ya nuestro tiempo toca a su fin. Así es que, le invitamos a acompañarnos, Dios Le Bendiga¡

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