. ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!

Continuamos hoy , con el estudio del capítulo 29 de este libro de Isaías. Ya hemos visto que aquí tenemos profecías relacionadas con Jerusalén, que comienzan en el futuro inmediato y que se extienden hacia el reino. Ya hemos visto que Ariel quiere decir Jerusalén, y esto identifica a la ciudad donde vivió David. Ariel quiere decir “león” y el Señor Jesucristo es llamado el “León de Judá”. Y eso es lo que David era. Ese era el emblema de ese linaje. Y también vimos que Ariel puede significar “altar”, y el altar estaba únicamente en Jerusalén. Ese era el lugar donde ellos deberían ir para adorar al Señor.

En esta sección el profeta nos dice algo acerca de la llegada inmediata de un enemigo que destruirá a Jerusalén. Y luego en el versículo 5 podemos leer las palabras: Y la muchedumbre de tus enemigos será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa. La ciudad de Jerusalén iba a ser atacada. Esa ciudad, suponemos que ha sido atacada y capturada, destruida y quemada, más que ninguna otra ciudad en el mundo entero en el día de hoy. Por ejemplo, contamos nosotros que ha sido atacada como 27 veces; fueron 27 las veces que fue tomada, y en la mayoría de esas veces, fue destruida. Y esa es la razón por la cual no es muy correcto decir hoy a la gente: “Ven con nosotros, vamos a visitar la ciudad de Jerusalén, y caminar por donde caminó Jesús”. Bueno , usted no va a caminar donde caminó Jesús. En realidad, si usted va al estanque de Betesda, usted notará que se encuentra a unos 15 metros debajo del nivel de la tierra en la actualidad, y el Señor Jesucristo estuvo caminando por allá abajo.

Y es muy evidente, el día de hoy, que el templo de Salomón se encontraba a unos 30 metros debajo de donde se encuentra la mezquita de Omar en la actualidad. ¿Por qué? Bueno, esa ciudad ha sido sitiada y destruida tantas veces, que volvía a ser reedificada en el mismo lugar y con los escombros que resultaron de la ciudad destruida. Los que la reconstruían nivelaban todo el terreno nuevamente, eso fue lo que hizo Nehemías. De los escombros que quedaron, él reedificó el muro de Jerusalén. La gente allí no necesitó conseguir piedras de ninguna otra parte porque no fue necesario. En cierta oportunidad se dijo que se iba a enviar rocas desde una ciudad extranjera para reedificar el templo, y eso resultó falso. Y cuán insensato sería hacer algo así, porque allí tienen más rocas de las que les hace falta. Quizá no exista otro lugar en el mundo que sea tan rocoso como Jerusalén y la zona que la rodea. Es un terreno muy escabroso. Esa es la razón por la cual era tan difícil tomar la ciudad por parte de los enemigos. Así es que, el versículo 7, en la primera parte, nos dice:

Y será como sueño de visión nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel,

Así es que la ciudad ha sido destruida, y aún será destruida en el futuro. El Señor, aquí, comenzando con el versículo 9, nos da el significado en un mensaje, es decir, por qué Dios va a juzgar y por qué Él ha juzgado esa ciudad. Bien, ellos tenían mensajes de Dios que Ninguna otra ciudad había tenido. Esas otras ciudades no fueron juzgadas tan severamente como ha sido juzgada Jerusalén. Las responsabilidades , se miden según la luz que usted ha tenido, el privilegio que Dios le ha dado a usted. Así es que, comenzando con el versículo 9 leemos:

Deteneos y maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra.

¿Por qué? Ahora, en el versículo 10, dice:

Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes.

Quisiéramos que usted , prestara mucha atención a este destacado pasaje de las Escrituras, y es algo que está muy al día. Hemos dicho que Isaías es el profeta de lo común. Y eso que tenemos ante nosotros, es algo que va muy bien con nuestra cultura contemporánea. ¿Causó Dios en ellos un adormecimiento? Y, ¿cómo hizo eso? Bueno, mire , fue así como lo hizo: Él les dio luz y continuó dándoles más luz, y al darles luz, ellos no aceptaban lo que Él les daba. Ellos no podían verlo, y eso quiere decir que ellos eran ciegos. Ahora, si ellos no hubieran tenido luz, no hubieran sabido si estaban ciegos o no. Así es como Él los hace adormecer. De esa manera Él les revela a la gente que son ciegos. Y el versículo 11, nos dice:

Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado.

Esto está muy al día. Usted probablemente ha escuchado a muchas personas decir, así como lo hemos escuchado nosotros; quizá a ministros o profesores de seminarios que dicen: “Bueno, usted sabe que el Libro de Apocalipsis es un Libro sellado. Nadie lo puede entender”. Amigo , eso es lo que la gente decía en los días de Isaías, en cuanto a las profecías de Isaías. Y también en cuanto a las profecías que tenían en esa oportunidad. Ellos tenían la Palabra de Dios y decían: “Bueno, uno no la puede entender”. Amigo , ellos no querían entender. Y el versículo que sigue, es decir el versículo 12, de este capítulo 29 de Isaías, dice:

Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer .

Alguien presenta esta clase de excusas hoy, y dice: “Bueno, estoy demasiado ocupado. Yo soy un creyente y en realidad quiero vivir una vida de un cristiano, pero ese programa de cinco años, bueno, eso es demasiado y no puedo darle esa cantidad de tiempo”. Pero, amigo , dicen eso porque es la Palabra de Dios. Ahora bien, en el día de hoy, los creyentes están presentando toda clase de excusas, a causa de su ignorancia de la Palabra de Dios.


Volvamos a hablar un poquito más del libro de Apocalipsis. Se dice de este Libro que no está sellado. En realidad, la palabra griega “Apocalipsis” quiere decir “revelación”, o sea, quitar “el velo”. Dios quitó el sello de ese Libro para que usted lo pudiera comprender. Y en cierto sentido, el Libro de Apocalipsis es probablemente el Libro más sencillo de toda la Biblia. Eso quiere decir, que usted tiene que haber leído los otros 65 Libros, antes de leer el Libro de Apocalipsis, porque éste es el último Libro de la Biblia. Usted no comienza con ese libro. Hay muchas personas que hacen eso. Pero es necesario , estudiarlo de último; y, entonces cuando usted hace eso, descubre que es el Libro más sencillo en la Biblia. Usted podrá apreciar eso cuando nos toque estudiarlo. No hay ningún otro Libro que sea tan organizado. En realidad, es el libro más fácil de bosquejar. Podemos tener problemas con un libro más pequeño, sin embargo, no ha habido problemas con el Libro de Apocalipsis. Es un Libro que prácticamente se bosqueja a sí mismo. Es un Libro que según creemos nosotros está tan claro y límpido como el sol del mediodía.

Ahora, usted dice: “Bueno, eso es algo simbólico porque es un Libro sellado. Se supone que nosotros no debemos comprenderlo”. Eso era lo que estaban diciendo en el día del profeta Isaías, y Dios dice: “Yo os voy a juzgar porque yo os he dado luz, y vosotros no queréis abrir vuestros ojos. Vosotros habéis quedado enceguecidos con la luz que os he dado”. Y es lo que Dios dijo en cuanto al Libro de Apocalipsis. Escuche lo que dice en el capítulo 1, versículo 3 de este Libro: Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Y luego, más adelante en el capítulo 22 de Apocalipsis, versículo 10, leemos: Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. Podemos, pues, ver que no es un Libro sellado como algunos pretenden insinuar. Volviendo ahora a Isaías, vemos que en el capítulo 29, versículo 13 dice:

Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;

Si usted hubiera estado presente en aquel día , usted quizá se hubiera preguntado ¿qué es lo que Isaías quería decir con esto?, porque la gente iba al templo. En aquel día el templo estaba prácticamente lleno de gente. Y en cualquier ocasión en que se ofrecía algún holocausto o sacrificio, uno podía encontrar gente por todas partes. Toda la zona del templo, el lugar para Israel, el patio de las mujeres, el patio de los gentiles, todos estaban allí. Y usted diría: “¿Por qué está Dios encontrando faltas en esta gente? Bueno, todos están asistiendo a ceremonias en la Iglesia”

Amigo , ellos estaban allí presentes y con sus labios repetían cosas rituales; quizá podrían decir el Padre Nuestro, el Credo de los Apóstoles; pero eso no quería decir nada. Ellos no creían en eso. Ellos no aceptaban la Palabra de Dios. Y Dios dice: “. . . pero su corazón está lejos de mí. Y esta es la razón por la cual Yo los voy a juzgar”. Amigo , esa es la razón por la cual, Dios nos va a juzgar. Todo este formalismo, toda esta religiosidad del día de hoy , no vale para nada. En realidad, la religión llega a ser la maldición de este mundo hoy. Dios quisiera que usted dejara de lado la religión y se acercara más bien a la persona de Jesucristo. La religión es una de las barreras más grandes para una gran cantidad de gente el día de hoy.
Un Pastor le dijo en cierta ocasión esto a un hombre , e inmediatamente él contestó diciendo: “Yo quiero que usted sepa señor, que yo soy un hombre religioso, soy un hombre religioso por naturaleza”. Él tenía una naturaleza pecaminosa, pero era religioso por naturaleza. Y quizá se sorprendió bastante cuando el Pastor le contestó: “Amigo, usted debería librarse de su religión”. Y él contestó: “¿Cómo? ¿No es usted un hombre religioso?” Y el Pastor le respondió: “No, no lo soy”. Y el hombre dijo: “Yo no puedo creer que un predicador no sea religioso; y, ¿qué es usted entonces?” Y el Pastor le contestó: “Yo soy una persona que se acercó a Cristo como pecador, y ahora tengo una relación con una Persona; eso no es religión, es una relación”. Amigo , ¿tiene usted a Cristo, o no lo tiene? Eso es lo que se nos está tratando de decir, a través de esta gente que tenemos aquí en el Libro de Isaías, y esa es la razón por la cual Dios les juzgó. Llegamos ahora, a la última parte de esto en el versículo 15; eso es tan serio, que el versículo comienza con un ¡Ay! Nos encontramos en una sección donde se tratan 6 “ayes”; estos se duplican aquí en este capítulo, leamos este versículo 15:

¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo,

Como si ellos pudieran hacer cualquier cosa y Dios no llegara a enterarse de eso. En el versículo 17, vemos el futuro.

¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque?

Aquí tenemos el honor y la gloria. Dios no ha terminado aún con esa ciudad, Él la ha juzgado. Todo lo que uno tiene que hacer es observar ese lugar hoy. Es como una torta de varios pisos, una ciudad encima de la otra. Y Dios las ha juzgado, pero ellos la van a volver a reedificar una vez más, y llegará a ser la ciudad de Dios. Y Él dice en el versículo 18 de este capítulo 29 de Isaías:

En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas.

. los sordos oirán . . , y los ojos de los ciegos verán. Y en el versículo 29, continuamos:

Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.

De seguro que usted conoce ese antiguo refrán que dice: “No hay peor ciego, como el que no quiere ver”. Y en el día de hoy hay una ceguera, producto de la propia voluntad de la persona. Eso era lo difícil con esta gente. Ahora, en aquel día, en el milenio que vendrá, ellos verán en aquel día. Y veamos los versículos 22 y 23, que dicen:

Por tanto, Jehová, que redimió a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será ahora avergonzado Jacob, ni su rostro se pondrá pálido; 23 porque verá a sus hijos, obra de mis manos en medio de ellos, que santificarán mi nombre; y santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel.

Ellos santificarán el nombre de Dios. Ellos van a apartar algo maravilloso. El pueblo de Dios hoy, por medio de sus vidas, por su forma de vivir, debiera santificar el nombre de Dios. Es un nombre santo. Pero, ¿lo tratamos de esa manera hoy, amigo ?

Ahora, en el capítulo 30 se le advierte a Judá contra una alianza con Egipto. Ellos no deben buscar ayuda allí contra los asirios, sino que deben volverse hacia el Señor, porque Él tiene cosas gloriosas planificadas para su futuro. No vamos a entrar en detalles aquí, porque aquí tenemos un mensaje, y éste ya ha sido cumplido literalmente. Aquí tenemos un lugar donde el reino del sur no se unió con Egipto para ser librado de Asiria. Sin embargo, el reino del norte, Israel, para tratar de ser librado, cometió el error de ignorar la advertencia de los profetas, no escuchó eso, y el relato lo tenemos allá en el Segundo Libro de Reyes, capítulo 17, versículo 4, y no vamos a leer eso ahora, pero lo interesante de notar aquí es que esta fue una lección para ellos, y el reino del norte fue tomado cautivo. Aparentemente, este es uno de los lugares donde ellos aprendieron la lección.

Pero esto es para esta gente, y aquí se incluye al reino del sur. Y llegará el día cuando ellos se volverán a Egipto nuevamente. Las condiciones del presente en este mundo, cuando tanta gente dice que la profecía está siendo cumplida, indicaría que nos encontramos en los últimos días. Pero aquí tenemos un caso cuando las cosas están invertidas, en lugar de estar Israel buscando a Egipto, está volviéndose hacia cualquier otra dirección, pero no hacia Egipto hoy. Aparentemente entonces, hay algunas cuantas cosas que tienen que caer en su lugar, antes de que lleguemos al final. No nos apresuremos demasiado . Andemos como anda Dios en el día de hoy. Tengamos cuidado de no decir algunas cosas que Dios no nos está diciendo. Y llegamos ahora, al cuarto ¡ay!, que se menciona en esta serie, en estos capítulos en Isaías. Leamos la primera parte del versículo 1, de este capítulo 30:

 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová,

¿Y por qué se rebelan ellos? Bueno, en el versículo 2 de este capítulo 30, leemos:

Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.

Dios está diciendo que este es el cuarto ¡ay! Aquí tenemos una advertencia. Él dice: “No vayáis a Egipto” porque si ellos lo hacen, eso no va a ser bueno. La ayuda allí es solamente un espejismo en el desierto y será en vano. Dios les dice: “Volveos a Mí, y yo os libraré”. Esta es una de las joyas preciosas de la Escritura. Y en el versículo 18, de este capítulo 30, leemos:

Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en él.

No se apresure , no diga: “Ah, ya nos encontramos al fin de las edades, y el fin llegará en poco tiempo”. Dios dice: “Yo voy a hacer esto en mi propio tiempo. Yo no he mencionado ninguna fecha; aprendan a confiar en el Señor”. Se nos dice hoy que este asunto de mirar que el Señor Jesucristo tome Su Iglesia y se la lleve, es asunto de esperar. Y también se nos dice que aquellos que confían en el Señor, que esperan en Él, renovarán sus fuerzas. Y en el día de hoy, existe tanta tensión y presión por todas partes, pero uno no puede apresurar a Dios, amigo . Él no tiene ningún apuro. Y quizá las cosas allá no son como usted pensaría que deberían ser. Quizá nos gustaría arreglarlas a nuestra manera, pero dejemos que el Señor lo haga. Él tiene la eternidad delante de Él, y aparentemente no tiene ningún apuro. Cuando y usted y yo andemos juntos con Él, entonces eso va a hacer que nuestra vida sea mucho más fácil para nosotros aquí en la tierra. Este es un capítulo maravilloso. Tiene un mensaje personal para cada uno de nosotros hoy, y esto es todo lo que queríamos recalcar en cuanto a esto.

Ahora, pasando al capítulo 31, encontramos que el pueblo de Judá es advertido de parte del profeta de Dios para que no busque ayuda en Egipto, sino que debía buscar a Jehová que los iba a defender. Ahora, el peligro era tan próximo y tan evidente, que el profeta continúa su advertencia a Judá de lo vano que sería la acción. En el futuro, esta gente va a buscar aliados que no le convienen. Ellos aceptarán al anticristo. Y de eso es de lo que Dios les está advirtiendo aquí. Y Dios juzgará a aquellos que buscan ayuda fuera de Él y que no se vuelven a Dios. Este es el quinto ¡ay! que tenemos aquí. En el primer versículo, pues, leemos:

¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!

Y permítanos decirle, amigo , que aquí tenemos un mensaje para nosotros hoy también. ¡Ay de usted y ay de mí cuando nos apartamos de Dios, cuando buscamos ayuda material o humana el día de hoy! No queremos ser malentendidos aquí. Isaías no está diciendo aquí que uno tiene que apartarse al espacio sideral y esperar allí. Dios espera que usted sea razonable y sepa hacer las cosas. Pero en el análisis final, Dios quiere tener la prioridad principal en cuanto a ayuda se refiere. ¿A dónde va usted buscando ayuda? ¿Al banco? o, ¿va a algún predicador?, o tal vez ¿va usted a un predicador radial? ¿Dónde busca usted ayuda, amigo ?

De vez en cuando recibimos mensajes de personas que nos preguntan qué deben hacer. Yo no sé qué hacer con los muchos problemas que se presentan en mi propia vida, y no creo que uno debe buscar ayuda en el hombre. Creemos que es algo bueno pedir consejo, pero uno tiene que ir a Dios en busca de ayuda. El Señor dijo allá en el Salmo 20, versículo 7: Estos confían en carros, y aquellos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.

Sí , tengamos nuestros carros. También vamos a necesitar nuestras bombas atómicas, al ver como van las cosas en el mundo del día de hoy. Pero, el Señor Jesucristo dijo: . . . el hombre fuerte, armado, guarda su palacio. (Lucas 11:21) Pero debemos tener cuidado de actuar sensatamente, porque la fe no es algo insensato. Pensamos hoy que la filosofía materialista dice que es cosa inteligente el confiar en el mercado de valores o en el Banco, y que uno no necesita a Dios. Esa es una tremenda equivocación . En el versículo 5, de este capítulo 31, leemos:

 Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando.

Él hizo eso en los días de Ezequías. Ya veremos eso en la próxima oportunidad. Una cosa es segura, los asirios no tomarán la ciudad. Dios dice en el versículo 8, de este capítulo 31:

Entonces caerá Asiria por espada no de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios.

Dios dice: “No es porque ustedes van a ser lo suficientemente fuertes como para echarlos. Ustedes no podrán hacerlo”. Dios dice: “Yo me encargaré de los asirios, y el pueblo de Dios no tiene que entrar en ninguna clase de acuerdos con Egipto”. Su confianza debería estar puesta en el Señor. Ese es el gran mensaje de este capítulo 31, el cual nos está hablando directamente a nosotros hoy.

a propósito , permítanos preguntarle ¿cuándo fue la última vez, que usted y yo, leímos este capítulo para nuestra ayuda y para nuestra fortaleza? Quizá lo que debemos recordar es que es para nosotros hoy. Quiera Dios aplicar lo que hemos aprendido hoy, a su corazón y al mío también. Necesitamos mucho de esto . Yo necesito ser amonestado una y otra vez, de que no debo ir a Egipto, sino que debo mirar al Señor.
Y así , ponemos punto final al estudio de hoy, pero antes le sugerimos leer el capítulo 32 de este libro de Isaías, que estudiaremos luego . Gracias por su atención de hoy y oramos porque la paz del Señor que sobrepasa a todo entendimiento, esté con usted ahora y siempre. Que Dios le bendiga!

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