He Aquí Que La Virgen Concebirá, Y Dará A Luz Un Hijo

En el día de hoy , vamos a considerar la primera parte del capítulo 7 de Isaías, y esto tiene que ver con la profecía en cuanto al nacimiento virginal del Señor Jesucristo. Y en el primer versículo de este capítulo 7, leemos:

Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá, que Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para combatirla; pero no la pudieron tomar.

Ahora, lo que tenemos aquí en realidad es una verdadera guerra civil, ya que el reino del norte, y el reino del sur están luchando el uno contra el otro, y esto es, por supuesto, algo bastante serio; y en realidad era tan serio que el rey que ahora tenían se llamaba Acaz. El rey Acaz no era una persona muy buena. Ya hemos indicado que Isaías comenzó su período profético en forma oficial digamos, en la época cuando murió el rey Uzías. Él vivió durante el reino de Uzías, por lo menos, una porción de ese reino, y puede que él hubiera profetizado o no hubiera profetizado entonces. Pero aquí tenemos la misión que él recibió, el llamado a la tarea de profetizar en el capítulo 6, lo cual observamos ya en nuestro estudio anterior.
Después de él, o sea, después de Uzías, llegó al reino Jotam, y Jotam fue un rey que reinó por 16 años. Uzías había reinado por 52 años, y Jotam fue un buen rey. El profeta Miqueas profetizó durante ese tiempo; y luego tenemos el reinado de Acaz, quien también reinó por 16 años. Y este rey era malo, realmente malo. Fue durante este tiempo que se menciona esta época de guerra civil, y este período fue de gran tristeza para Israel. Para darnos cuenta de lo malo que era este rey, leamos lo que dice allá en el Segundo Libro de Reyes, capítulo 16, versículo 2: “Cuando comenzó a reinar Acaz era de 20 años, y reinó en Jerusalén 16 años; y no hizo lo recto ante los ojos de Jehová su Dios, como David su padre. Antes anduvo en el camino de los reyes de Israel, y aún hizo pasar por fuego a su hijo”. Esa era una de las peores formas de paganismo, el paganismo de aquel día. Y luego se menciona lo siguiente en el versículo 3, de este capítulo 16 del Segundo Libro de Reyes, dice: “Según las prácticas abominables de las naciones que Jehová echó de delante de los hijos de Israel. Así mismo sacrificó y quemó incienso en los lugares altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso”.

Como podemos apreciar, este rey Acaz, fue una persona muy mala. Podemos estar seguros de eso. Este hombre estaba muy atemorizado a causa de no tener ninguna confianza o refugio cuando fue atacado por la confederación del norte. Porque Israel en la parte norte se había unido a Siria y ambos se dirigieron contra Jerusalén para luchar. No prevalecieron al comienzo, pero él tenía la plena seguridad de que finalmente terminarían por hacerlo. Y volviendo ahora al capítulo 7 de Isaías, leemos en el versículo 2:

 Y vino la nueva a la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a causa del viento.

Este hombre no podía esperar la bendición de Dios sobre él, o sobre la nación, y como resultado los aliados del rey de Siria y Peka, de Israel, habían aterrorizado a la gente. Usted se da cuenta , que estos reyes del norte habían atacado a Acaz, pero no pudieron con él. Ahora, si se unen, este rey está seguro que ellos van a poder apoderarse de la ciudad de Jerusalén. Ahora, a pesar de que este hombre es un rey sin Dios, Dios no está listo para permitir que este pueblo vaya a la cautividad, y una cosa es segura: de que esta gente no iba a la cautividad en el norte, y por tanto, ellos finalmente irían cautivos a Babilonia, pero eso aun está muy lejos de esa época en particular. Lo que ocurrió fue lo siguiente. Isaías es enviado al rey para animarle y se nos dice en el versículo 3, de este capítulo 7:

Entonces dijo Jehová a Isaías: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú, y Sear-jasub tu hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador .

Lo que tenemos aquí ante nosotros es una profecía maravillosa, y queremos mencionar varias cosas aquí, porque tiene un significado espiritual maravilloso. En primer lugar, queremos que usted note el lugar al cual él se está dirigiendo; dice aquí: “Sal al extremo del acueducto del estanque de arriba”. Y en el extremo del estanque de arriba es el lugar por donde entraba el agua a la zona del acueducto. Y esta era el agua que utilizaba la ciudad de Jerusalén. Por medio de ese acueducto el agua era llevada del estanque de arriba a la ciudad para que la gente pudiera apagar su sed. Ahora, uno no puede quedarse muy satisfecho con una tubería llena de agua. Es necesario tener una llave en algún lugar. Uno tiene que ir al lugar donde el agua sale de esa tubería. Ahora, usted no va a recibir ninguna bendición de esa casa de David. Sin embargo, hacia el final llega alguien y no es accidente que el Señor Jesucristo haya dicho que Él era el agua de vida. Él formaba parte del linaje de David para traer el agua de vida. Allí es donde finalizaba el acueducto. Esto es bastante interesante.
Consideremos ahora la palabra utilizada para estanque. Dice que es al extremo del acueducto del estanque de arriba. De esa palabra en el idioma hebreo proviene la palabra bendición, y eso es en realidad el significado de la raíz de esta palabra. Una fuente de agua, porque en ese lugar, una fuente de agua es una bendición. Esa misma palabra es utilizada allá en el Salmo 84, versículo 6, donde dice: “Cuando la lluvia llena los estanques”. Y esa palabra es “Barachah”. También es traducida como bendición, y es algo bastante interesante. Es el estanque de arriba. Es la misma palabra utilizada para el Altísimo. Usted recuerda que se menciona a aquel que salió al encuentro de Abraham, y que era Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo. Ahora, esta es una bendición del Dios Altísimo, dada en el extremo del acueducto cuando Cristo vino al mundo. Esto es algo bastante interesante, y no es ningún accidente . Y luego dice: “En el camino de la heredad del Lavador”.

Esa es la segunda cosa que deseamos destacar. En el libro de Proverbios, capítulo 16, versículo 17, leemos: “El camino de los rectos se aparta del mal”. Y es el camino de santidad, y se nos dice en este mismo libro de Isaías allá en el capítulo 35, versículo 8: “Y habrá allí calzada y camino, y será llamado camino de santidad”. Lo interesante aquí es que tenemos a Aquel que es el camino, la verdad y la vida.

Este camino es llamado de la heredad del Lavador. Y ese es el lugar donde la gente iba a lavar sus ropas. Era la lavandería de aquel día. Y amigo , si usted quiere tener sus ropas limpias, va a tener que ir al Señor Jesucristo. Él dijo que nosotros podíamos ser limpiados por medio de las palabras que Él pronunció, y no es ningún accidente que este hombre Isaías fuera enviado a este lugar tan interesante, y aún eso tiene un significado espiritual como usted bien puede apreciarlo.

Ahora, aquí tenemos algo más. Se le indica a Isaías que lleve a su hijo, Sear-jasub. Ese es un nombre muy diferente a lo que estamos acostumbrados a escuchar en el día de hoy. Pero no es nada comparado con el nombre que tiene el segundo hijo de Isaías. Y vamos a ver eso cuando lleguemos al capítulo 8, y créanos amigo , que nombres como esos ya no se usan más. Ahora, bien, el nombre de este jovencito es Sear-jasub. Y eso quiere decir “Un remanente volverá”. Y lo interesante acerca de este muchacho, es que Dios siempre ha tenido un remanente que es fiel a Él. Y eso es lo que es importante aquí.

Ha habido quienes han tratado de identificar a este muchacho con el hijo de la virgen, pero no hay ni siquiera una comparación aquí. Hablando honradamente, usted no podría hacer ninguna clase de conexión entre estos dos. Notemos ahora lo que él tenía que decir aquí en los versículos 4 hasta el 9, de este capítulo 7 de Isaías:

 y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías. 5 Ha acordado maligno consejo contra ti el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo: 6 Vamos contra Judá y aterroricémosla, y repartámosla entre nosotros, y pongamos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel. 7 Por tanto, Jehová el Señor dice así: No subsistirá, ni será. 8 Porque la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo. 9 Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis.

El tenor de este mensaje era el de hacerle saber a Acaz que no había necesidad de parte de él de tener temor, que él no tenía por qué estar atemorizado de la alianza de sus enemigos en el norte. Dios ya había determinado que esa aventura iba a fracasar. El asunto es cómo iba a saber este hombre Acaz lo que iba a ocurrir. Para comenzar tenemos que decir que él no era creyente, este hombre es un escéptico. Es un hombre lleno de dudas. ¿Cómo puede ser convencido? Dios nunca le ha pedido a nadie que crea alguna cosa que no tenga una base sólida. Y no sabemos por qué hay algunas personas que piensan hoy que esto significa el ir a un lugar ciegamente y decir, bueno, yo estoy confiando en Dios.

Amigo , eso es obrar insensatamente. Dios nunca le pidió a usted que actúe en esa
manera. Usted puede darse cuenta que en el día de hoy para nuestra salvación, no tenemos que
traer un pequeño cordero. Nosotros miramos en fe al hecho histórico, cuando el hijo de Dios
vino a este mundo. Y eso descansa sobre Su muerte y Su sepultura y Su resurrección. Esos
son los hechos históricos. Dios nunca nos pide que demos un salto en las tinieblas. Él le ha pedido a usted que crea y que confíe en algo que está descansando en una base firme, y es por cierto una base firme. Es la única base. “Porque nadie – dice la Escritura – puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Dios, amigo , no le está pidiendo que usted edifique castillos en el aire, en el espacio sideral. Y a este hombre que no cree se le pide que acepte este fundamento.

Dios no está pidiéndole a él que crea simplemente porque lo dijo Isaías. Hay personas que dicen, bueno, yo quiero creer, estoy buscando la verdad. Sin embargo, esa misma persona está viviendo en adulterio. Amigo , los ojos de nadie han sido cegados hoy. No hay ningún velo allí, con excepción del que pone usted mismo. Si usted quiere realmente llegar a saberlo, deje a un lado su pecado, y ponga sus ojos en Cristo. Él hará que todo esto sea real y verdadero. El problema hoy es que hay muchos que en realidad no quieren hacer esto con Dios para nada. Es lo mismo que ocurre con este rey que mencionamos aquí. Escuche lo que dicen los versículos 10 y 11, de este capítulo 7 de Isaías:

Habló también Jehová a Acaz, diciendo: 11 Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto.

Es decir, Dios le está diciendo a este hombre: “Yo reforzaré tu fe. Yo sé que tú no la tienes, pero yo te daré fe. Y la forma en que te dará esa fe es el que tú pidas una señal. Yo te daré una señal”. Ahora, este hombre en realidad es un fraude. Y tenemos muchos de esta clase alrededor nuestro en el día de hoy. Note usted lo que dice aquí en el versículo 12:

Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová.

¿No es eso algo bueno de parte de él, amigo? Parece ser tan piadoso. Pero, este hombre en realidad, está siendo sin duda alguna un gran hipócrita. Ahora, escuche lo que Dios dice, porque creemos que esto es algo que en realidad hace enojar a Dios. Es esta clase de gente en la Iglesia, y Dios dice que Él los va a vomitar de Él, de Su boca, algún día. Eso es exactamente lo que usted tiene aquí. Dios está diciendo: “Yo te voy a dar una señal”. Permítanos contarle una historia aquí. En cierta clase de la escuela dominical, una maestra estaba contando a los niños la parábola del buen samaritano, y ella estaba exagerando bastante las cosas.

Ella contaba acerca del hombre que había caído en manos de los ladrones. Contaba cómo había sido golpeado, que había quedado tirado en el camino y que su sangre estaba manando a borbotones, y ella exageraba mucho esto. Luego les contó a los niños acerca del sacerdote y del fariseo y finalmente acerca del buen samaritano. Luego ella quería terminar esto haciendo una aplicación para los niños. Ella fue preguntando alrededor de la clase lo que estos niños hubieran hecho en su lugar. Una de las niñas dijo: “Ah, yo hubiera hecho lo que hizo el buen samaritano. Me hubiera quedado con él y le habría ayudado por unos cuantos días”. Y el muchachito que estaba al lado de ella, que no quería quedarse atrás, que no quería ser menos, dijo: “Yo le hubiera comprado algunos dulces y se los hubiera dejado con él”. Y la maestra siguió haciendo la misma pregunta a los demás niños. Finalmente, llegó a una pequeñita, que estaba con su rostro congestionado, casi de color verde, como las personas que se marean en un barco. Y la maestra le preguntó qué era lo que ella hubiera hecho. A lo cual la niña respondió: “Yo creo que hubiera vomitado”.
Amigo , esa maestra había presentado un cuadro algo exagerado ante los niños, y esa pequeña muchachita era bastante honrada en la respuesta que dio. Y creemos que Dios también hizo esta clase de cosa. Eso es lo que Él dice a la Iglesia en Laodicea, y les dice que Él los iba a vomitar de Su boca. Amigo , ¿no cree usted que está tratando de ser demasiado piadoso cuando dice: “¡Ah, yo no voy a probar a Dios! Pero, Dios dice: “Pruébame, y Yo te mostraré si soy bueno o no”. Y hay mucha gente así hoy. Nos cansan, en realidad, por la forma en que actúan tratando de ser tan piadosos, diciendo que ellos no dan pasos en la fe. Amigo , espere hasta que Dios ponga una roca debajo de usted. Espere hasta que Dios le indique de una forma bien directa, antes de pasar por tonto, o cometer algún error y provocar que la demás gente critique la causa de Cristo. Ahora, en el versículo 13, de este capítulo 7 de Isaías que estamos estudiando, leemos:

Dijo entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?

Y eso es lo que Dios dice: “Ustedes me están cansando”. A Él no le gusta esto para nada.

Dios dice ahora, ¿no me vas a pedir una señal? Bien, yo voy a dar una señal. No para ti, porque tú eres un fraude; tú eres un pseudo rey, aun cuando estás en el linaje de David. Vendrá alguien más adelante. “Por tanto, el Señor mismo os dará señal” – ¿a quién? – a la casa de David. Y en el versículo 14, leemos:

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

Dios tiene un fundamento debajo de Él. Y si usted quiere saber si el nacimiento virginal es simplemente un embuste o si es cierto, usted puede descubrir eso por sí mismo, leyendo las páginas de los cuatro evangelios. Dios ha puesto una base sólida debajo de esta gran verdad. Y usted está tratando de ser piadoso nada más, cuando dice: “Bueno, yo no creo que es necesario creer en el nacimiento virginal”. Cuando usted viene a Cristo, amigo , usted quizá no conoce lo suficiente como para saber algo acerca del nacimiento virginal. Todo lo que usted ha hecho ha sido confiar en Él como su Salvador. Pero ningún creyente puede negar el nacimiento virginal. Y si usted está dispuesto a mirar en los informes que tenemos, permítale a Dios que ponga un fundamento debajo suyo, y usted creerá en el nacimiento virginal. Creemos que ese es el significado de este pasaje de las Escrituras que estamos estudiando. Y luego, leemos aquí en el versículo 16:

Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.

Y eso ocurrió porque cuando el Señor Jesús nació en Belén, este pueblo ya había pasado por la cautividad; toda esta gente fue, las doce tribus. Bueno, amigo , ellos han regresado. No todos ellos, un remanente pequeño; aun de Judá había unos levitas que regresaron, y de las otras tribus que se encontraban allí. Pero, solamente fue un remanente el que se encontraba cuando Él vino al mundo. Este capítulo 7 de Isaías , es un capítulo bastante destacado. Y aquí vamos a detenernos por hoy. Continuaremos Dios mediante, en nuestro próximo estudio cuando vamos a considerar el capítulo 8.

 ¡Es nuestra ferviente oración que el Señor le bendiga en manera especial!

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