Todo es vanidad, todo es vacío

ECLESIASTÉS Capítulo 1:15 - 2:10 En el día de hoy, regresamos, al capítulo 1 de este libro de Eclesiastés y vamos a comenzar nuestro estudio con el versículo 15. Aquí encontramos a Salomón realizando un experimento fantástico y él lo está haciendo en el laboratorio de la vida. Él está probando todo lo que está al alcance del hombre. En su día él era capaz de ir y probar en cualquier campo de acción que él quisiera. Hoy, no hay muchos hombres que puedan hacer lo que en sus días hizo Salomón. En primer lugar, él trató de entregarse a sí mismo al estudio de las leyes de la naturaleza, pero él descubrió que aún allí no había nada que él pudiera aprender en la naturaleza, nada en la ciencia; nada que pudiera ser nuevo en el sentido de que pudiera darle nueva vida a uno. Sólo el nuevo nacimiento puede hacer eso, y eso era lo único nuevo.


Tenemos en el versículo 15, que este hombre trata o prueba la filosofía. Es decir que él prueba la planificación propia del hombre y las maquinaciones propias del hombre para ver si él puede solucionar los problemas de la vida y llegar a un final feliz. En el día de hoy, generalmente la filosofía nos lleva a ser pesimistas en la vida. Eso es lo que sucede por lo general. Leamos entonces, este versículo:

Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no puede contarse. (Ecl. 1:15)

Uno no puede tomar al hombre natural, a un hombre que es un pecador perdido y separado de Dios, y darle a él una educación y esperar que esa educación le resuelva los problemas de la vida. Nunca sucederá eso. La filosofía y la sicología no pueden cambiar la naturaleza humana, ni tampoco pueden corregir la vieja naturaleza del hombre porque se nos dice en la primera parte de este versículo 15 que: Lo torcido no se puede enderezar. El hombre no tiene ninguna forma de enderezar la naturaleza humana.

Existe un antiguo dicho que dice: “Árbol que crece torcido, nunca su tronco endereza”. Así es como crecerá. Será torcido porque así fue como comenzó. Usted y yo, comenzamos con una vieja naturaleza y uno puede educarla y puede hacer muchas cosas con ella y muchas cosas a ella, pero el Señor Jesucristo dijo: Lo que es nacido de la carne, carne es. Siempre será carne , y esa es la razón por la cual el hombre necesita tener una nueva naturaleza, porque, dijo el Señor también que: Aquello que es nacido del espíritu, espíritu es. Ese es uno de los grandes principios que existe.

Hemos podido apreciar hoy que la educación no ayuda a solucionar los problemas de la vida. Las cosas que han ocurrido en los últimos años, la educación superior, en realidad toda la educación, está siendo escudriñada por gran número de pensadores. Hay otros que han tratado de lograr cierto tipo de solución. Las comisiones que estudian la educación superior hoy, han arribado a la novedosa explicación de que la causa de los problemas que se presentan en las universidades y la inmoralidad que tiene lugar, se debe a que los jóvenes en el día de hoy están investigando más a fondo las cosas y están más interesados en la política y en lo que está ocurriendo en su mundo.

Bueno, diremos que eso es cierto, que existe interés hoy en esas cosas porque podemos apreciar las cosas terribles que están ocurriendo, y, también, porque el medio informativo a través de la televisión y la radio y los periódicos del presente reúnen la información de los cuatro puntos cardinales de nuestra tierra en un mismo día. Y podemos apreciar eso en las noticias vespertinas; así es que ahora estamos más conscientes de lo que ocurre en el mundo en la actualidad de lo que sucedía en el pasado.

Hubo épocas cuando uno debía esperar unas 6 o 7 semanas antes de saber el resultado de las elecciones para presidente. Se demoraban mucho para obtener toda la información. Pero, en el día de hoy, en algunos países, se puede predecir el resultado de la elección antes de que ésta tenga lugar. Esa es la forma más novedosa de hacerlo, y es así como se realiza en el presente. Ahora, hemos recorrido mucho camino, estamos dispuestos a aceptar la primera parte de esa declaración mencionada anteriormente, pero no estamos de acuerdo con la última parte, donde se dice que esa es la razón por la cual los jóvenes se han dedicado a causar problemas y disturbios, y que eso no es un deterioro de la vida universitaria, sino que más bien, es una mejora.



 Bueno,  hemos llegado a los días que como dijo Isaías, cuando las cosas malas iban a ser llamadas buenas, y las cosas buenas iban a ser llamadas malas. Eso es lo que tenemos en el presente. Permítanos decirle,  que esa es la forma nueva por la cual un hombre educado puede decir que el deterioro sufrido en las universidades no es en realidad un deterioro sino una mejora , si usted cree en los cuentos de hadas, entonces puede creer esto también.

Debemos volver a repetir,  que la educación no resuelve los problemas de la vida. Hemos dicho muchas veces a través de estos programas, y continuaremos repitiéndolo una y otra vez, que la sicología no es la respuesta para los problemas del día de hoy. En conexión con esto, ha aparecido cierto grupo de hombres, y mujeres también, creemos, que por medio de cierto dicho sicológico, quieren explicar y resolver los problemas de la vida, y que para hacerlo más apetecedor lo cubren con un poco de Biblia. Es como si fuera una de esas píldoras amargas que uno no se puede tragar si no se cubren con un poco de algo dulce. Bueno, podemos decir que todo esto pretende ser una solución bíblica. Bueno, no es una solución bíblica .


 En realidad, la Palabra de Dios tiene la respuesta para el creyente del día de hoy con sus problemas de la vida. Y no se presenta como si fuera una píldora que ha sido cubierta dulcemente con algo bíblico, y que es presentada en la actualidad en la cual se encuentran implicaciones sicológicas y filosóficas. Esa no es la solución. Hay algunos que están progresando financieramente haciendo esto, pero debemos decir que hay muchos creyentes que están siendo engañados con cosas como estas. Y, debemos decirle , ¿por qué no regresa a la Biblia? ¿Por qué no se acerca a ella hoy? No hay ninguna solución fácil para los problemas de la vida. El estudiar la Palabra de Dios requiere mucho de lo que llamaríamos sudor mental. Eso es lo que hace falta hoy. Y eso es lo que hace falta en el presente en la Iglesia.

Así es que, Salomón descubrió que la filosofía y la educación y la sicología no tenían la respuesta para los problemas de la vida. Notemos ahora lo que él dice en el versículo 16, de este capítulo 1 de Eclesiastés: Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido mucha sabiduría y ciencia.

Podemos decir que este hombre, a causa de la sabiduría que él tenía en mayor proporción que los demás, había llegado a ser un poco arrogante – él se había consentido un poco, y como dice el Apóstol Pablo: “El mucho conocimiento envanece” – o sea que, hace que el individuo se infle demasiado y que piense que es un poco más inteligente o más educado que los demás que lo están rodeando. Pero, nuevamente debemos decir que la educación tiene que basarse en la experiencia, y la experiencia es algo de lo que uno no se puede confiar. Tiene que ser probado por la Palabra de Dios.

La realidad del presente es que hay muchas personas que están probando a la Palabra de Dios
 por su experiencia.  Usted necesita probar su experiencia por la Palabra de Dios y ver si obtiene algún resultado por este medio. Notemos ahora lo que dice la primera parte del versículo 17: 17aY dediqué mi corazón a conocer la sabiduría,



Lo interesante de notar es que la sabiduría y el “hacerse el tonto” no son cosas que están muy alejadas una de la otra. ¿Cuántos hombres inteligentes en la historia de este mundo han pasado por tontos? Salomón fue uno de ellos. Él fue uno de los ejemplos más destacados de esto. Nosotros pensamos que hemos producido una generación que cree ser muy inteligente. Sin embargo, no podemos ni siquiera resolver los problemas que nos rodean. Tampoco podemos resolver los problemas de este mundo en el presente.

Así es que, Salomón dice que dedicó su Corazón a conocer la sabiduría, y también a conocer las locuras y los desvaríos. Y probablemente no hubo ningún hombre que hiciera las cosas tal cual las hizo Salomón. Él dijo: Conocí que aún esto era aflicción de espíritu. Es decir, no valía la pena realizarlo. Y en el versículo 18, él dice:

Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.


 Amigo , el gozo y la satisfacción no aumentan en proporción al crecimiento del conocimiento.
Alguien ha dicho que cuando la ignorancia es una bendición, es una tontería el ser sabio. Y podemos decir que eso tiene cierta cantidad de verdad. Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia. – dice aquí Salomón. Mientras más sabemos, más aumentamos nuestros problemas. La vida del día de hoy, se ha convertido en algo tedioso. Pero produce tensiones; y todos estos artefactos científicos que tenemos a nuestro alrededor están haciendo de la vida algo casi insoportable. Cierto hombre, un
creyente, dijo en una ocasión: “Pienso que voy a volverme loco si no me alejo de estas máquinas computadoras. Estas máquinas que hoy se han convertido en nuestros amos y señores y que están controlando la vida hoy”.

Ellas producen el aire que respiramos en el presente (y que en muchos lugares está contaminado) y ellas son las que están produciendo gran parte de nuestro trabajo que nos rodea, y nosotros pensamos cuan maravillosa es la máquina y nos postramos ante ella y la adoramos. Pero ese hombre nos está diciendo: “Me está volviendo loco.” Cuán cierto es todo esto, . Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia. Y usted debe recordar que Salomón no vivió en una época industrializada como la nuestra. Él no llegó a ver la revolución industrial. Pero él sí que sabía de lo que estaba hablando.


Llegamos ahora al capítulo 2 de Eclesiastés, y aquí vemos a Salomón dirigiéndose en otra dirección para poder encontrar la satisfacción en la vida. Y ese es el mismo camino que muchas personas están recorriendo en la actualidad, buscando satisfacción y placer. Él nos describe esto en los primeros once versículos del capítulo 2. Escuche lo que él dice aquí en el versículo 1: Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.

Creemos que este hombre Salomón probó todo lo que se conoce hoy en lo relacionado al placer. Hoy nosotros somos personas que nos hemos vuelto locos en cuanto al sexo. ¿Y qué es lo que tenemos que mostrar por eso? Bueno, tenemos por cierto una moralidad muy baja en el presente. Y tenemos las enfermedades venéreas que son una epidemia, entre ellas la peor de todas, el Sida. Eso es lo que tenemos como resultado de la locura sexual.



Debemos decir que Salomón era una clase de experto en este tema del sexo. Y pensamos que algunos pastores de la Iglesia se han dirigido en esa dirección, y la mayoría tiene su sermón sobre el sexo. Algunos tienen series completas en cuanto a este tema. Hay aun otros que piensan que deberíamos tener en la actualidad cursos en los cuales se enseñe en la misma Iglesia a los jóvenes todo en cuanto al sexo. Permítanos decirle,  que quizá nosotros somos un poco chapados a la antigua, como hemos dicho tantas veces. Y pensamos que esta es una gran equivocación y que es algo trágico. Esa es nuestra opinión. La generación de hoy tiene el sexo hasta la coronilla. Creemos que ya estamos recibiendo todo lo que necesitamos. Pero a pesar de eso, debemos decir, que Salomón era un experto en esta materia. Él tuvo mil esposas. Fíjese usted. Ahora, no creemos que todas ellas eran sus esposas, ya que muchas eran lo que consideramos “concubinas”. Pero todas ellas estaban a su alcance. Y amigo oyente, un hombre que tenga tantas esposas o tantas mujeres a su disposición tiene que convertirse por obligación en un experto. Y Salomón probó eso, y tuvo su placer. También se inclinó hacia la bebida. También trataba de divertirse en otras formas. Podríamos decir que él tenía un club nocturno muy moderno en su país. Quizá podría superar a muchos de los que conocemos en el presente en esta era. Debemos decir que una de las cosas que este hombre probó fue el placer. Y escuchemos ahora lo que él dice en cuanto a esta experiencia. En el versículo 1, otra vez de este capítulo 2, dice:


Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad

Y esa palabra “vanidad”, como ya hemos dicho anteriormente, quiere decir “vacío”. Luego, en el versículo 2 dice: 2
A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?

Él dice: “Yo tenía un bufón en la corte para que me entretuviera; para que dijera los chistes de última moda” y suponemos que eran en su mayoría de un tono un poco subido, y Salomón dijo: “Descubrí que esto era una gran pérdida de tiempo”. Y en el versículo 3, dice:


Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.


Debajo del cielo, – esta expresión quiere decir: “debajo del sol”. Aquí tenemos un hombre que está probando la vida; haciendo un experimento aparte de Dios. Y él dice en el versículo 4: 4Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;


Todos estos eran pasatiempos para Salomón. Uno puede ir a Jerusalén hoy y puede contemplar las ruinas de los establos que él tenía en varios lugares. En la misma ciudad de Jerusalén, existe ciertas ruinas, y, también en Megido, uno puede contemplar los lugares donde parece que comían los caballos que él tenía. Salomón tenía establos por todas partes en su país y esto era algo que se le había prohibido. Es decir que la ley de Moisés prohibía a los reyes a hacer eso. Luego, él dice en la primera parte del versículo 6:

Me hice estanques de aguas, (Ecl. 2:6a ) Él tenía una piscina para la natación , para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.

Él tenía un sistema de irrigación, como usted puede ver. Y continúa en el versículo 7: Compré siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.

Él tenía lo que consideramos, una estancia en las afueras de la ciudad donde podía tener todos estos animales. Ahora, alguien nos dirá: “Y, ¿de dónde sacaba todo el dinero para eso?” Bueno, Salomón tenía la mayor parte del oro de su día. Él tenía bastante dinero para gastar y quería divertirse y edificar todas las cosas que le proveyeran comodidad en su vida.

Se conoce en la actualidad que sus siervos iban a buscar nieve al monte Hermón para que él pudiera tener bebidas frías durante el verano. Y, pensamos que Salomón había probado todo lo que podía hacer el hombre para lograr tener algo de placer. Sin embargo, con todo lo que él había tratado de hacer, no logró los resultados apetecidos. Escuche usted, lo que dice el versículo 8, de este capítulo 2 de Eclesiastés:

Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.



O sea que, él tenía a su disposición los mejores actores y actrices de la época. Sin embargo, esto no lograba satisfacerle. De los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música. – dice. Él decía que tenía toda clase de música. Música suave, dulce, música más movida – tenía de todo – pero eso no le satisfacía. Y en los versículos 9 y 10, dice: Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. 10No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena.

Quizá usted ha salido alguna vez a caminar y mirar las vitrinas de los negocios de su ciudad. ¿Ha pensando usted alguna vez,  en comprar todo lo que veía? Salomón podía haber hecho eso. Cualquier cosa que deseaba su corazón, él lo compraba, él lo obtenía. Y cuando él observaba lo que había en este mundo, podía apreciar que no había nada que se le negara. Ahora, la pregunta es: “¿Traería todo esto la satisfacción que él buscaba? ¿Podría darle todo esto el gozo que él buscaba?” Bueno, amigo , creo que usted ya conoce la respuesta. Y vamos a ver esto, Dios mediante, en nuestro próximo estudio y también la razón para eso, al continuar nuestro recorrido por este libro de Eclesiastés. Hasta entonces ,  que el Señor continúe bendiciendo su vida, es nuestra ferviente oración!

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